lunes, octubre 23, 2006

García Lorca



A veces, cuando veo qué pasa en el mundo, me pregunto: ¿Para qué escribo? Pero hay que trabajar, trabajar. Trabajar y ayudar al que lo merece. Trabajar aunque piense uno que realiza un esfuerzo inútil. Trabajar como una forma de protesta. Porque el impulso de uno sería gritar todos los días al despertar en un mundo lleno de injusticias y miserias de todo orden. ¡Protesto! ¡Protesto! ¡Protesto!
F.G.L (1935)

domingo, julio 30, 2006

Nada: Mantra-Camino-Atajo


"Nada poseemos en el mundo -porque el azar puede quitárnoslo todo-, salvo el poder de decir yo. Eso es lo que hay que entregar a Dios, o sea destruir. No hay en absoluto ningún otro acto libre que nos esté permitido, salvo el de la destrucción del yo. Ofrenda: no se puede ofrecer otra cosa más que el yo, y cuanto denominamos ofrenda, no es más que una etiqueta puesta a un desquite del yo."


Simone Weil


domingo, julio 09, 2006

John Berger (sobre Degas)


Las obras más hermosas de Degas son en verdad chocantes, pues empiezan y acaban en un lugar común -en lo que Wendy Lesser denomina "la cotidianeidad" de la vida-, y siempre encuentran ahí algo impredecible y desolado. Y en esta desolación hay un recuerdo del dolor o de la necesidad.
Hay una estatuilla de una masajista dando masaje en la pierna a una mujer tumbada que yo leo como una confesión. No una confesión de que le empezaba a fallar la vista, ni de una necesidadad reprimida de acariciar el cuerpo de una mujer, sino una confesión de su fantasía como artista, de aliviar tocando, aunque el tocar fuera solo el roce de un carboncillo sobre el papel. ¿Aliviar qué? Esa fatiga de la que toda carne es heredera...
De El tamaño de una bolsa (2001)